Esta es una de esas series de las que me resulta difícil hablar, no porque me haya dejado un mal sabor de boca, todo lo contrario, es de hecho una de mis series favoritas, más bien, se debe a que sin importar cuantas vueltas me haga en la cabeza, no consigo nada en este medio que le sea mínimamente similar.
Mushishi es una serie que hay que recomendar con cautela, pues aunque posee muchos elementos que la hacen única entre otras series. También es cierto que algunos de estos aspectos pueden no ser del gusto de todos, dado que estamos frente a un anime muy por fuera de lo habitual.
Nos encontramos con algo que rara vez se ve en este medio, algo que ni se esfuerza en apelar al público general. Aquí no hay combates épicos o acción desenfrenada, todo lo contrario, es de un ritmo pausado. Incluso relajante en algunos casos, pero con una atmósfera de tensión que envuelve su ambiente.
Mushishi nos cuenta la historia de Ginko, un hombre especializado en los mushi, criaturas que solo podrían ser descritas como seres de naturaleza, digamos “básica” más allá del plano meramente físico, pero cuyas acciones afectan nuestro entorno de tantas formas como se fuese capaz de imaginar.
Criaturas que se comen tus recuerdos, parásitos que se refugian en tus oídos para comerse el ruido que llega a ellos, o incluso tomar forma de objetos cotidianos, son solo algunas de las tantas maneras en las que estos seres se manifiestan en nuestro mundo.
Mushishi
Es en ello que recae gran parte del encanto de la serie, cada capítulo es un caso distinto, siempre envuelto en un halo de misterio. Cada mushi es una criatura única y sus intervenciones en el plano físico lo son en igual medida, aún más cuando se deja claro que pocas personas son capaces de verlos.
La época y las locaciones son otro elemento que juega a su favor, un antiguo Japón. Repleto de pequeños pueblos en costas, montañas y bosques, donde los campesinos viven tranquilamente, que poco o nada conocen más allá de los quehaceres de su vida diaria.
Imagen que de repente y sin ninguna explicación, una epidemia de sordera aparece en una pequeña aldea. El miedo entre la gente, la incertidumbre y el desconcierto, todo por un ser completamente ajeno a su comprensión que ni siquiera son capaces de ver.
Es allí cuando se llama a los mushishi, personas que son capaces de ver a estas criaturas, y que disponen del conocimiento para liderar con ellas. Pero como suele pasar en estos casos, las cosas no son tan simples, en cualquier otra serie bastaría con matarlos y ya, aquí la cuestión es algo más compleja.
Los mushi no son simples plagas a exterminar, son otro eslabón en el ciclo de la vida. Llegando incluso en algunos casos a tener relaciones simbióticas con los entornos que habitan. Por lo que a veces el remedio puede resultar mucho peor que la enfermedad.
Paranormal y terror
Por esto la serie siempre deja un mensaje muy claro, estos son seres más allá de la moral. No buscan causar daño, simplemente tratan de subsistir, tal como cualquier otro ser vivo, es su naturaleza. Y esto es parte de lo que los hace tan fascinantes, haciendo de sus apariciones un verdadero espectáculo.
El ponernos en la piel de Ginko no es casualidad, la manera en que se involucra en cada caso nos hace partícipes de lo que ocurre. Como un maestro que poco a poco le va mostrando a su estudiante cada mínimo paso que debe darse. Pero siempre consiente de que el más mínimo error puede ser fatal.
No por nada la tensión y el suspenso son parte esencial de esta serie, con una transición del ritmo relajado al tenso de manera tan orgánica que te absorbe de inmediato. Manteniéndote a la expectativa de lo que podría pasar, porque aún para un mushishi, estas criaturas son todo memos predecibles.
Mucho es lo que me dejo en el tintero, como lo es el apartado técnico, impresionante por sus propios méritos. Pero algo si puedo garantizarles, si eres un fan de lo paranormal o incluso del terror más allá de la sangre y las vísceras, vas a vivir una experiencia única.
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